¡Hola amigos viajeros! ¿Habéis viajado alguna vez a Marruecos, una tierra donde el Mediterráneo se fusiona con el desierto?
Marruecos es un país cautivador, donde los zocos se llenan de aromas de diferentes especias exóticas y las altísimas montañas dan paso a los oasis de palmeras y a las dunas del desierto. Cada rincón revela una combinación única de culturas y tradiciones.
¡Hoy os presentamos un artículo sobre un vibrante recorrido por Marruecos!
Chaouen, la ciudad azul
Chaouen es famosa por sus calles pintadas de azul. Esta ciudad es un oasis de tranquilidad a los pies de las montañas del Rif. Sus calles empedradas, las tiendas de artesanía y su atmósfera serena la convierten en uno de los destinos más fotogénicos de Marruecos.
Aquí, es imprescindible visitar la plaza Uta el-Hammam con sus terrazas y restaurantes. Tampoco te puedes perder la Kasbah de Chaouen, que alberga un museo de historia local. Y es que el azul que recubre las paredes tiene una mística que evoca calma y espiritualidad.
Fez, la capital cultural
La siguiente parada es Fez, la ciudad imperial y capital cultural de Marruecos. Fez alberga la universidad más antigua del mundo, la Universidad Al-Qarawiyyin, y una de las medinas más auténticas y mejor conservadas del mundo árabe.
Perderse por los callejones de la medina es una experiencia sensorial única, donde los perfumes de especias, las coloridas tapicerías y las filigranas de metal atrapan el alma. Las famosas curtidurías de Fez, con sus colores vibrantes, son un punto de visita obligada, así como la Madrasa Bou Inania, un impresionante ejemplo de arquitectura islámica. No olvides probar el plato tradicional de cuscús en uno de los restaurantes locales.
Azrou y Midelt: auténtica naturaleza y cultura local
Al sur de Fez, nos adentramos en las montañas del Atlas Medio, llegando a la tranquila ciudad de Azrou. Esta zona es conocida por sus bosques de cedros, que son el hogar de monos salvajes. Aquí podemos disfrutar de una pausa en la naturaleza antes de llegar a Midelt, un pequeño pueblo con un fuerte carácter amazig.
Los mercados de Azrou, llenos de productos locales como cestas de mimbre y alfombras, son un buen lugar para comprar recuerdos únicos. En Midelt, la interacción con los locales nos permite entender mejor sus tradiciones y vida cotidiana, marcada por un profundo respeto por la naturaleza y la comunidad.
Er Rachidia, Erfoud y Merzouga, hacia las puertas del desierto
Tras dejar atrás las montañas, nos dirigimos hacia Er Rachidia, el portal al desierto. Esta ciudad se caracteriza por su influencia beduina y su rica cultura. Visitar el Museo de Er Rachidia es una buena manera de conocer las tradiciones de la región.
De camino a Erfoud, la capital de los dátiles, el paisaje cambia radicalmente: los verdes bosques se transforman en llanuras áridas y palmerales. Erfoud es famosa por sus minas de fósiles y es una parada esencial para aquellos interesados en la paleontología. No te pierdas el Festival Internacional del Dátil, que se celebra cada octubre y celebra la rica cultura agrícola de la región.
Finalmente, llegamos a Merzouga, al borde del desierto del Sahara. Las imponentes dunas del Erg Chebbi ofrecen un espectáculo natural incomparable. Aquí, disfrutar de una puesta de sol sobre las dunas o pasar una noche en un campamento nómada bajo un cielo estrellado es una experiencia mágica. Además, actividades como excursiones en 4×4 permiten explorar los paisajes cambiantes del desierto.
Ouarzazate y Ait Ben Haddou, la tierra de Kasbahs y del cine
Cruzando el desierto, nos dirigimos hacia Ouarzazate, a menudo llamada la puerta del desierto y conocida por sus estudios cinematográficos donde se han rodado películas como Gladiator o Lawrence de Arabia. Aquí, el Estudio de Cine Atlas ofrece visitas guiadas que muestran los decorados de las películas más famosas.
Cerca, se encuentra el pueblo fortificado de Ait Ben Haddou, un patrimonio de la humanidad por la UNESCO y uno de los ejemplos más impresionantes de arquitectura tradicional marroquí. Este laberinto de kasbahs de barro parece detenido en el tiempo y ofrece vistas espectaculares del paisaje desértico. Caminar por sus callejones te transporta a épocas antiguas y es un lugar ideal para hacer fotos.
Marrakech: el corazón vibrante del sur
Marrakech es la ciudad más dinámica y vibrante de Marruecos. Las famosas plazas como Djemaa el-Fna ofrecen un espectáculo único de vida: encantadores de serpientes, vendedores ambulantes, músicos y cuentacuentos.
En la medina, el Palacio de la Bahía y el Palacio El Badi ofrecen un regalo visual con sus magníficos jardines y arquitectura. Marrakech es una ciudad donde la tradición y la modernidad se mezclan, con sus riads de lujo, jardines exóticos como el Jardín Majorelle y el Museo Yves Saint Laurent, que celebra la herencia artística de la ciudad.
El Club del Viatger os propone un viaje lleno de experiencias a Marruecos del 18 al 25 de febrero.
De esta manera, Marruecos es un país que ofrece un viaje lleno de contrastes: desde paisajes desérticos hasta ciudades vibrantes, desde pueblos tradicionales hasta la modernidad, con una mezcla perfecta de cultura, aventura y relajación. Es un destino ideal tanto para los amantes de la historia como para aquellos que buscan emoción o simplemente descansar en entornos preciosos.
Dejaos sorprender por sus visitantes, revelando su esencia paso a paso, lugar tras lugar.
¿Os animáis a disfrutar del Marruecos más vibrante?
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